Ser mujer y desparecer: Estándares de género de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en casos sobre desaparición forzada

31 de agosto 2021

La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) ha conocido, desde sus primeras sentencias, casos en los que alguna o algunas de las víctimas de desaparición forzada han sido mujeres; y, aunque estas decisiones en las cuales se ha aplicado un abordaje diferenciado de género son aún escasas, los estándares producidos son un insumo relevante para orientar las actividades de los Estados ante las desapariciones. 

Para contribuir al conocimiento, aplicación y avance de esos estándares, presentamos Ser Mujer y Desaparecer, un análisis de la jurisprudencia de la Corte IDH para otorgar justicia en casos de desapariciones forzadas de mujeres en contextos de discriminación de género.

La Corte IDH ha sido clara en establecer que, para investigar, judicializar, sentenciar y reparar de manera adecuada los casos de desaparición de mujeres, es necesario tomar en cuenta el contexto de relaciones desiguales de poder que ellas enfrentan. También, es importante reconocer que toda manifestación de desigualdad de género experimentada por mujeres y niñas las coloca en mayor riesgo de ser desaparecidas.

Respecto a la búsqueda de personas desaparecidas, se reconoce hoy en día que la misma se debe de atender bajo el principio de búsqueda inmediata, por lo que las acciones que se emprendan deben reconocer los contextos específicos que enfrentan las mujeres, como la violencia sistémica contra ellas, por ejemplo. Por tanto, se debe incluir en las diversas hipótesis de la desaparición, de la trata de personas o del feminicidio, las expresiones de violencia frecuente que enfrentan las mujeres en América Latina. 

Respecto a la investigación penal, esta debe seguir líneas que tomen en cuenta la violencia contra las mujeres, para generar un plan de investigación adecuado y con enfoque diferenciado de género. También es relevante la atención a las víctimas familiares de este delito, quienes en su mayoría son mujeres. Por lo general, son las mujeres las que lideran los procesos de búsqueda de sus seres queridos, un papel que las expone a riesgos de abuso, violencia y extorsión.

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